Capítulo 11: Rompiendo Niveles
La noche estaba llegando y la luna creciente empezaba a asomarse en el cielo. Ryou sabía que no tenía mucho tiempo.
Dobló en un callejón oscuro y sacó su espada. En un movimiento ligero hizo un pequeño corte en su mano y la sangre empezó a gotear. Puso el Anillo Escarlata de Orión debajo y espero hasta que su propia sangre cubriera la gema que tenía incrustada.
Luego recitó algún tipo de Sutra mágico y la Gema Escarlata de Orión comenzó a brillar con fuerza. Una terrorífica energía se liberó, y comenzó a expandirse lentamente por todo el callejón pero después de haber avanzado algunos metros más retrocedió bruscamente y regresó dentro de la gema.
“¡Está hecho! Finalmente está activada. La probaré un poco antes de regresar al cuartel”
Ryou estaba sumamente emocionado, este era posiblemente el momento que más había esperado desde que regresó a este mundo. Una expresión de felicidades podía verse en su rostro.
Ryou tomó una hierba espiritual de clase baja de su canasto con la misma mano que portaba el Anillo Escarlata de Orión y sintió como una pequeña energía se unía a su corriente de energía personal. En ese momento la gema que ya había vuelto a su color normal comenzó a brillar un poco nuevamente, tan solo durante un segundo y luego regresó a ser una gema normal.
“Necesito algo mejor…”
Pensó mientras sacaba una hierba espiritual de clase media de su canasta, y repitió el proceso.
Esta vez la corriente fue mucho más fuerte. La Gema Escarlata de Orión en su anillo refino rápidamente la energía de la hierba espiritual pero el brillo fue mayor.
Por otro lado Ryou sintió como su energía personal circulaba a gran velocidad, era como si fuera un globo y alguien lo llenará de aire a la fuerza haciéndolo gigante.
“He roto… ¡Guerrero nivel 2!”
Estaba emocionado pero no era suficiente, así que agarró otra hierba de nivel intermedio más y repitió el proceso una y otra vez.
Aprovechó este momento para aprender a controlar el Anillo Escarlata de Orión, se dio cuenta que podía escoger cuánta energía quería absorber. Incluso podía drenar un poco más de la mitad de la energía de una hierba para su propio uso y dejar el resto intacta, haciendo que la hierba luzca exactamente igual y no se marchitara.
“Esto es muy beneficioso…”
“Podré absorber más de la mitad de la energía de las hierbas que obtuve hoy e igual usarlas para cambiarlas por el hongo Itake sin problemas”
“Los instructores jamás notarán que la energía de las hierbas espirituales que entregaré están medio vacías”
Minutos después otro brote de energía destelló, había roto en el nivel 3 del rango Guerrero luego de drenar la energía de más hierbas.
“¡He refinado la energía de una canasta llena de hierbas en tan solo unos minutos!”
“Incluso un genio demoníaco infernal con talento monstruoso tardaría semanas en lograr algo así”
Pensó Ryou muy emocionado. Después de refinar todas las hierbas de su canasta había quedado en las partes iniciales del nivel 3 del rango Guerrero. Además había decidido no sacarles toda la energía, dejando en las hierbas lo suficiente para que parezcan estar llenas de vida y así poder ganar el hongo Itake sin problemas.
Todo eso era posible gracias a la Gema Escarlata de Orión. La gema refinaba de forma casi instantánea y sin desperdicios la energía de los recursos espirituales permitiendo absorberla fácilmente luego por él. Sin este objeto Ryou debería pasar varias horas refinando manualmente en su Dantian cada una de las hierbas de la canasta y en el proceso se perdería gran parte de la energía total de las mismas.
Ryou levantó la mirada solo para notar el oscuro y estrellado cielo, la noche había caído y ya no podía demorarse más. Rápidamente regresó al cuartel.
Al llegar pudo ver a los reclutas que estaban mostrando en fila sus canastas con hierbas a dos instructores. Uno de ellos era el instructor gordo que les había asignado la tarea y el otro era Gu Kuan.
Un recluta de 16 años con mirada muy arrogante mostró su canasta llena de hierba y exclamó:
“¡Creo que he ganado!”
Los instructores vieron la canasta repleta de Hierbas de clase baja y dieron una señal de aprobación de forma inexpresiva. El instructor gordo comentó algo desanimado:
“Parece que ese será el caso…”
Obviamente este recluta era uno de los que habían hecho trampa y se asoció con otros para juntar sus hierbas en una sola canasta.
El recluta se sentía muy orgulloso de ser el futuro ganador del desafío. A pesar de que tendría que compartir luego el Hongo Itake con otros. Los instructores no sabían de esto por lo cual le sumaría algo de prestigio personal haber obtenido el primer puesto ahora.
Pero justo cuando estaba por intentar reclamar su premio, Ryou apareció con otra canasta llena de hierbas. Sus cejas se tensaron y su expresión se puso sombría.
El instructor gordo se acercó a ver la canasta e inmediatamente sus ojos comenzaron a brillar. Revolvió el contenido de la misma suavemente y con una enorme sonrisa preguntó:
“Joven ¿Cómo consiguió estas hierbas?”
“Solo tuve suerte”
Respondió Ryou rascándose la cabeza y fingiendo inocencia, claramente no le diría la verdad.
Viendo que la situación se ponía mala, el recluta de 16 años dijo:
“Mi canasta también está llena de hierbas y yo la entregue primero…”
“¡Así que he ganado! ¿Verdad?”
El instructor gordo lo miró como si estuviera viendo a un retrasado y sentenció:
“Su canasta está llena pero ni 10 juntas como esa tendrían el mismo valor que la de este joven”
El recluta de 16 años estaba furioso, había tenido que degradarse a hacer un trato sucio con otros y ni siquiera así había podido ganar. En su corazón maldijo a Ryou.
Luego de eso el instructor habló algunas palabras más con Ryou y quedó muy impresionado con sus conocimientos sobre hierbas raras y su capacidad para encontrarlas.
“Cuando quiera puede visitarnos en nuestro departamento de alquimia, nuestra jefe seguramente querrá conocer a un joven talentoso como usted”
Comentó el instructor gordo mientras le entregaba el Hongo Itake.
Ryou asintió con respeto, y se despidió del instructor. Era hora de irse a algún lugar tranquilo y refinar el hongo.
Después de caminar por algunos minutos notó que un grupo de cuatro personas lo estaba siguiendo a la distancia, quizás podrían haber pasado desapercibidos para otra persona pero Ryou los notó fácilmente.
Fingiendo ignorancia empezó a caminar más rápido alejándose del cuartel. Atravesó unas calles, y minutos después llegó hasta un callejón oscuro en el cual entró velozmente.
El comportamiento extraño de Ryou había alarmado a los que lo seguían.
“¿Hemos sido descubiertos?”
Murmuró uno. Sin pensarlo demasiado corrieron hasta el callejón.
Pero cuando llegaron la escena los confundió. o solo habían sido descubiertos, sino que además Ryou los estaba esperando pacientemente. Como un lobo que abre su boca esperando que su presa entre por si sola.
“Si sabes lo que te conviene danos el Hongo Itake y quizás te ahorremos la vida”
Dijo uno acercándose.
Ryou lo miró y comenzó a reírse, a pesar de que tenían el rostro cubierto él sabía perfectamente quienes eran estas personas. Se trataba de los reclutas que complotaron para intentar ganar el hongo juntando sus hierbas en una sola canasta. Claramente no podían aceptar su pérdida.
“¿De qué te estás riendo?”
El recluta encapuchado estaba furioso. Sacó su espada y le apuntó amenazantemente. Pero Ryou lo ignoró y solo siguió riéndose aún más fuerte.
“¡Estás cortejando a la muerte! Si no entregas el Hongo Itake ahora te mataré”
Ryou paró de reírse, y con una expresión de desdén agito su mano como si estuviera espantando una mosca molesta.
“Matarme o no dependerá de si tienes las calificaciones necesarias para hacerlo”
El recluta se sintió un poco intimidado ante esta declaración pero ¿Qué podía salir mal?
Eran cuatro contra uno, además estaban todos en el nivel 2 de Guerrero. Incluso si Ryou estuviera en el pico de nivel 2 no podría vencerlos a todos, pensó.
Pero viendo a Ryou tan calmado como siempre, el recluta dudó en su corazón.
En ese momento Ryou pareció leer sus pensamientos y dijo fríamente:
“Has sellado tu destino desde el momento que entraste a este callejón”
“¿Porque crees que los atraje hasta aquí?”
“¿Alguno quiere decir sus últimas palabras?”
Los cuatro reclutas encapuchados tenían expresión de incredulidad.
¡Este nuevo recluta de nombre Ryou era demasiado arrogante!
“Quizás crean que soy un pescado en la tabla de cortar pero cuando entiendan su error ya será tarde para arrepentirse” Se burló Ryou.
Uno de los reclutas ya no aguantó la humillación y con su arma en la mano apuñaló hacia Ryou con furia.
Ryou esquivó fácilmente la estocada, y sujetó su muñeca con su mano izquierda mientras al mismo tiempo desenvainó su sable con la derecha de forma ascendente a una gran velocidad imposible de ver para gente de su nivel.
“Aullido del Dragón Ascendente”
Gritó mientras cortaba en diagonal hacia arriba.
El brazo del recluta salió volando varios metros antes de aterrizar al otro lado del callejón.
El corte había sido limpio y sin defectos pero la fricción que generó la gran velocidad del mismo lo había hecho volar por el aire como si fuera un papel en un día ventoso.
El recluta se desmayó al instante mientras los otros tres miraban lívidos la escena.
“Ataquemos juntos…”
Dijo uno con voz entrecortada, la frialdad con la que Ryou despedazó a su compañero le causaba terror. Pero antes de que pudieran hacer algo Ryou se abalanzó sobre ellos primero como un tigre cazando conejos, y gritó:
“Destello del Dragón Volador”
Cinco sombras de sables aparecieron dando múltiples cortes y estocadas. Los confundidos reclutas intentaron esquivar pero no tenían forma de saber cuál era el verdadero, ni tampoco podían seguir su gran velocidad.
A diferencia del primer recluta que sólo perdió un brazo, estos tres no tuvieron tanta suerte.
La sangre brotaba por todo el oscuro callejón, sus gargantas habían sido cortadas y un hoyo en el pecho podía verse en uno de ellos. Estaban muertos.
Ryou contempló la escena, esta era su primera masacre y extrañamente le hizo sentir bien.
Se encontraba tranquilo y no parecía ser afectado por la situación. Desde su punto de vista los enemigos debían ser destruidos cruelmente y los aliados respaldados siempre, esta era una verdad absoluta para Ryou que había aprendido a lo largo de los años en su experiencia incorpórea.
El primer recluta del brazo cortado empezó a recuperar la conciencia pero cuando abrió sus ojos el sable de Ryou atravesó su cabeza, como cuchillo cortando mantequilla, dándole una muerte instantánea.
Ryou limpió su sable con la túnica de uno de los reclutas y pensó:
“Si no hubiese roto en el nivel 3 de Guerrero hubiera sido muy difícil para mí derrotarlos con mi anterior cultivación”
“El Anillo Escarlata de Orión me ha salvado esta vez…”
Luego echó un último vistazo a la escena que dejó atrás y analizó:
“No tiene sentido perder mi tiempo limpiando este desastre, con el pobre nivel de rastreo de los expertos de este lugar jamás podrán llegar hasta mí y descubrir que soy el responsable”
“De todas formas para evitar sospechas consumiré el Hongo Itake más adelante, si llegará a romper en el nivel 4 de Guerrero ahora podría ser un problema.
Con eso en mente y una ligera sonrisa en su rostro, decidió regresar al cuartel.
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