Capítulo 40: Vizconde Baku Naranbaatar
Las defensas de la torre eran mucho más resistentes de lo que todos pensaron. A pesar de que los expertos de la Gran Tribu Plumas Sagradas ya habían roto las defensas creadas por Gu Heng y los demás, ahora había una nueva capa defensiva invisible. Esta nueva defensa era mucho más poderosa que las anteriores y había sido activada por el jefe de la casa de subastas justo antes de morir. Era una Matriz de Protección que tenía miles de años de antigüedad y que solo unos pocos sabían operar, ni siquiera la Señorita Randversson sabía sobre esta con precisión.
Esta nueva capa defensiva, les permitía respirar tranquilos por un tiempo. Pero la situación no era buena de ninguna forma, si sus enemigos lograban romper la Matriz de Protección, todos dentro de la torre serían masacrados para silenciarlos. Pero si no lograban romperla, también sería malo. Ya que la única persona que podía desactivarla había muerto, por ende se quedarían atrapados dentro de la torre hasta su final. La única diferencia era sobre si morirían ahora o más tarde. Su situación era lamentable.
Las horas pasaron, y las estrellas comenzaron a brillar en el cielo, la antigua Matriz de Protección aún seguía aguantando los constantes ataques de Wang Hao y los otros expertos de la Gran Tribu Plumas Sagradas. Pero cuando parecía que no podrían hacer nada al respecto para superar a esta matriz, un hombre de mediana edad con rasgos intensos, un largo cabello negro y unos ojos ojerosos, se acercó a la puerta con pasos seguros.
“¡Vizconde Baku Naranbaatar!” La bella Wang Mei se sorprendió, al ver a esta persona.
“No sabía que usted vendría en persona” Comentó ella con enorme respeto y miedo en sus ojos.
“Yo no pensaba interferir” Dijo el Vizconde con su voz grave, lucía bastante enfadado, y luego agregó: “Solo vine a observar cómo se desarrollaban las cosas por órdenes del Duque, pero no esperaba que fueran tan incompetentes como para hacerme perder tanto tiempo, la debilidad de la gente del desierto siempre me asombra. Pero ahora mismo les mostraré como destruyo esta estúpida Matriz de Protección y le pongo fin a esto”
Wang Wei y los demás expertos de su tribu fruncieron el ceño, no les gustaba ser mirados hacia abajo por nadie. Pero no se atrevían a quejarse frente a esta persona. Incluso el más poderoso de su tribu, Wang Hao, solo acarició su barba mientras escuchaba las duras palabras del Vizconde. Esto era porqué el Vizconde Naranbaatar del Ducado Kherguita no era una persona que pudieran ofender. Él solo podría destruir a toda su tribu si quisiera.
Esta imponente figura, un poderoso Guerrero Espiritual del nivel 4, era una existencia superior a cualquiera en el Gran Desierto Oscuro. También fue uno de los encargados de entrenar a muchas de las Bestias Feroces que se usaron en el complot.
De hecho el complot contra la Gran Tribu Sol Radiante, no habría podido ser posible sin él.
El Vizconde fue la persona que ejecutó una poderosa matriz dentro de algunas cuevas profundas de la Cordillera Oscura. Lo hizo con la idea de alborotar a las bestias que dormían en su interior, haciendo que salgan en mayor cantidad de la normal. De esta forma, logró provocar las grandes oleadas de ataques masivos de bestias salvajes de los últimos días.
Además metió en el medio a algunas poderosas bestias del rango Feroz domesticadas, que simulaban ser salvajes, para asegurar el éxito de la misión. El perro negro de 3 cabezas y el Leonpión eran algunas de estas, y respondían solo ante sus órdenes.
Aunque no fue su plan, y no estaba particularmente interesado en la situación, el Vizconde cumplió con las órdenes del Duque Kherguita a la perfección. Pero no podía regresar e informar de su éxito al Duque, hasta asegurarse de acabar con todos los testigos que supieran la verdad primero.
El Vizconde Naranbaatar apoyó sus dos manos sobre el campo invisible de la matriz de protección y presionó con fuerza. Luego sus manos comenzaron a vibrar con velocidad, y un pequeño temblor se sintió en los alrededores, todo estaba siendo sacudido por este extraordinario poder.
“Con que este es el poder de un Guerrero Espiritual nivel 4” Pensó Wang Mei horrorizada
El poderoso escudo de energía comenzó a resquebrajarse lentamente, ahora las grietas podían verse a simple vista.
Dentro de la torre, todos sintieron el temblor como si fuera un gran terremoto y supieron de inmediato que la situación no era buena. Segundos después un enorme estruendo se escuchó, haciendo que muchos tapen sus oídos con sus manos.
La matriz de protección había explotado con fuerza, aturdiendo a todos en el interior de la torre.
“¡Todos prepárense! Ha llegado el momento de luchar” Gritó Gu Ming apretando los dientes, mientras tomaba su sable.
Gu Heng, Suki Tora, Naomi, los otros expertos de la tribu Roca Ardiente y los guardias sobrevivientes de la casa de subastas, todos desenvainaron sus armas al instante.
Una vez que la matriz se rompió, la gran puerta de madera explotó, convirtiéndose en miles de astillas pequeñas, y algunos enemigos intentaron ingresar de inmediato.
Los guardias de la torre se abalanzaron de inmediato contra estos, usando sus lanzas como método de ataque, pero no tenían oportunidad. Estos guardias eran personas del nivel 2 y 3 de Gran Guerrero y sus lanzas eran de nivel Aprendiz. Mientras que sus rivales estaban en los niveles 4 y 5, y todas sus armas sin excepción eran del nivel intermedio. La diferencia era demasiado notable.
Los guardias dieron su vida por defender la entrada de la torre, pero no sirvió de mucho. En cuestión de segundos fueron superados por las fuerzas de la tribu Plumas Sagradas.
Comandando a los guerreros que intentaban ingresar, se encontraba una joven de solo 20 años de edad. Era Wang Mei, la hija del jefe tribal, quien despiadadamente se ocupó de varios guardias juntos ella sola. Su estilo de lucha era similar a su forma de ser, hermosa, cruel y letal. Utilizaba una espada fina, similar a un florete, con gran velocidad y precisión. No hacía falta ser un genio para saber que este florete era un arma de nivel intermedio, de enorme calidad.
Cada arma se divide, según su poder, en los niveles Aprendiz, Intermedio, Experto, Maestro y Legendario. Y cada nivel se subdivide en calidad baja, calidad intermedia y calidad alta, según los talentos del herrero que la fabricó.
El arma de Wang Mei era un florete de nivel Intermedio, de calidad alta. Lo cual, sin duda, es un arma del pico en el Gran Desierto Oscuro. En resumen, era algo de enorme valor, codiciado por todas las tribus.
Después de algunos movimientos rápidos, su fina y letal espada, atravesó al último guardia, y ella finalmente logró ingresar en la torre, seguido por los demás expertos de su tribu.
A pesar de que había matado a algunas personas en solo unos pocos segundos, su sonrisa despiadada seguía mostrándose en su rostro. No hacía falta ser un genio en conducta humana para entender que esta señorita era una persona cruel y viciosa.
Suki Tora se adelantó para combatirla, aunque no conocía el nivel exacto de cultivación de ella, había tenido tiempo para analizar la fuerza de su oponente, y creía firmemente que podría vencerla.
El resto de los miembros Roca Ardiente, comandados por Gu Heng, se adelantaron para combatir a los demás enemigos.
Solo Gu Ming se quedó sin escoger un oponente, esto era porque sabía que detrás de este grupo, alguien mucho más aterrador se dirigía hacia ellos.
Segundos después, su temor se volvió realidad. El anciano de barba negra, Wang Hao, caminó hasta dentro de la torre, sin siquiera portar un arma. Su confianza era abrumadora.
“La confianza mata al hombre” Pensó Gu Ming, mientras desenvainaba su sable. Aunque sabía que su rival era un Guerrero Espiritual del nivel 1, si estaba desarmado al menos tendría alguna oportunidad contra él.
El combate se volvió intenso pero la presión que sentían los miembros de la tribu Roca Ardiente, solo se incrementaba más y más con el tiempo.
Gu Heng estaba luchando contra dos expertos él solo, en un combate equilibrado.
Suki Tora utilizaba su enorme martillo para defenderse de los rápidos ataques de Wang Mei, pero no había tenido oportunidad de atacar aún debido a la gran velocidad de ella.
Los otros expertos de ambas tribus combatían entre sí, pero solo los miembros de la tribu Roca Ardiente lucían cada vez más lastimados. La ventaja estaba notablemente del lado de la tribu Plumas Sagradas.
Estos podían ser considerados expertos comunes en la Gran Tribu Plumas Sagradas; pero todos eran muy fuertes e incluso había algunos que eran del pico de Gran Guerrero. En otras palabras, estaban al mismo nivel que Gu Ming y Gu Heng, los dos pilares más fuertes de la tribu Roca Ardiente.
La resistencia en el interior de la torre molestó al Vizconde, que esperaba impacientemente desde afuera por resultados.
Baku Naranbaatar ya había tenido que mostrar su rostro de antemano para romper la Matriz de Protección, seguir oculto ya no tenía mucho sentido para él.
“El precio de la grandeza es la responsabilidad” Pensó el Vizconde, ya no quería perder ni un segundo más en este asqueroso desierto y decidió hacerse cargo de la situación por sí mismo. Por ende, no esperó más y entró a gran velocidad en la torre.
Gu Ming se encontraba intercambiando técnicas con Wang Hao, cuando vio de reojo como un demonio de cabello negro, que vestía una túnica oscura, arrasaba con todo a su paso.
El vizconde atravesó con su mano el pecho de uno de los expertos Roca Ardiente, y arrancó su corazón con furia, salpicando con rojo los alrededores. Luego apareció detrás de otro experto, y aplastó su cabeza usando ambas manos como si fueran poderosos martillos.
Brutal, poderoso, despiadado y eficaz, este era el poder de matanza de un Guerrero Espiritual nivel 4. Los demás miembros de la tribu Roca Ardiente retrocedieron por instinto aterrados, incluso Gu Ming, Gu Heng y Suki Tora no fueron la excepción, dando varios pasos hacia atrás. Ahora sabían con seguridad que este sería su último día de vida.
Baku Naranbaatar saltó hacia adelante, y agarró del cuello a la primera persona que encontró en su camino, apretando con fuerza y con una mirada lasciva dijo:
“Eres algo interesante, si aceptas ser esclava en mi dominio te perdonaré la vida hoy”
Naomi, que apenas podía respirar, intentó resistirse sin resultados. Sentía como sus fuerzas la abandonaban, lo último que hizo antes de desmayarse era pensar en aquel joven que tanto admiraba. La imagen de Ryou vino a su mente, por alguna razón, justo antes de perder la conciencia.
La muerte de Suki Naomi parecía inminente, ante la atenta mirada de su padre y amigos que nada podían hacer para ayudarle.
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