Capítulo 2 - La Niña de Pelo Blanco
El sonido de pasos apresurados y la
respiración dificultosa de un hombre se acercaban desde la distancia. Ye Wuchen
echó un vistazo en dirección del sonido, y descubrió a un hombre alto empapado de
sudor corriendo hacia él con una gran canasta de bambú en la espalda. El hombre
parecía ser bastante joven, aunque con una cara desgastada, su físico era
robusto y musculoso a un grado que era casi ridículo.
Al ver al viejo, el hombre a la
distancia acelero abruptamente y dejó caer la cesta en el suelo, agotado. Sólo
medio consciente, jadeó. "Abuelo, llené la cesta de fruta que escogí y
corrí treinta vueltas con ella en mi espalda... así que el trabajo de
hoy...".
De repente, hizo una pausa por un momento,
concentrando sus ojos en Ye Wuchen. Entonces, saltó como si viera a un
monstruo. "Tú, tú, tú...... despertaste?"
Ye Wuchen se rio por su sorpresa.
"Abuelo Chu, ¿Quién es?"
“Éste es mi nieto. Acaba de tener su
vigésimo cumpleaños, él se encargaba de ti mientras estabas inconsciente.
Considerando que has estado muerto durante los últimos diez años, no es raro
que alguien se sorprenda al verte despierto.”
Ye Wuchen se levantó y asintió con la
cabeza. "Soy Ye Wuchen, gracias por cuidarme en estos últimos diez
años".
El hombre alto todavía parecía un poco
desconcertado. Miró a Ye Wuchen de arriba a abajo antes de darse cuenta de que
su reacción fue algo descortés. Avergonzado, se frotó la cabeza y dijo con una
sonrisa simple y honesta, "Soy Chu Jingtian. Eh, no es el mejor nombre,
así que puedes llamarme Da Niu como los demás.”
Chu Jingtian. Jingtian, un título de
genio. Definitivamente no era una persona ordinaria.
[Nt. No encontré ningún significado así que me quede con la
duda xD]
Ye Wuchen sonrió. "De acuerdo,
entonces te llamaré Hermano Da Niu de ahora en adelante." A pesar de que
su comportamiento parecía un poco indiferente a todo, él todavía hacía que la
gente se sintiera a gusto.
"Jaja…."
Chu Jingtian rio nerviosamente, un poco
tímido. No era la persona más habladora.
"Uhh.... Hermano Wuchen, déjame
entregar esta fruta primero. Entonces podemos sentarnos y charlar o algo así.”
Chu Jingtian se dio la vuelta, inhaló, y
luego gritó desde la parte superior de sus pulmones. “¡Todos vengan aquí! ¡Su
hermano Da Niu ha vuelto!”
Ye Wuchen saltó sorprendido,
sobresaltado por el repentino grito. Sus oídos aun zumbaban, Ye Wuchen miró
hacia Chu Jingtian, y notó que sus ojos habían cambiado sutilmente. Era
impresionante que hubiera una persona como Chu Jintian en una región sellada
tan pequeña.
No había duda de que la voz de Chu
Jingtian fue muy lejos. Casi inmediatamente, el caótico sonido de numerosos
pasos se acercó desde la distancia. Pertenecían a la ola de niños corriendo
hacia él, llevando una gran variedad de cestas. Había cestas, cajas, tazones de
piedra, cualquier cosa con la que pudieran llevar algo. Los niños se alinearon
frente a Chu Jingtian con ojos ansiosos y gritaron juntos, "Hola, Hermano
Da Niu".
Chu Jingtian se quedó allí, con una
sonrisa avergonzada en su rostro. "Perdón por llegar tarde. Me caí en una
zanja y me tomó mucho tiempo volver a salir. Ahora vengan aquí. Hay para todo
el mundo, y no es menos de lo habitual.
El viejo observó la escena que tenía
delante. Este era uno de los requisitos diarios de Da Niu. Practicaba su
agilidad y resistencia, y cultivaba un sentido de responsabilidad. La siguiente
generación no tenía que ser la más amable, pero no podían permitirse ser
malvados.
Agarrando dos con cada mano, Chu
Jingtian continuó llenando la cesta de cada niño con la fruta. Estaba
obviamente satisfecho de ver salir a los niños con caras emocionadas. Ye Wuchen
lo observó en silencio desde un lado. Estaba pensando en su propia vida cuando
de repente se dio cuenta de una aguda sensación de hormigueo como si estuviera
siendo vigilado. Venía de un árbol cercano, y cuando volteo la cabeza para
mirarlo, su mirada se encontró con un par de ojos brillantes, relucientes y
casi translúcidos, que pertenecían a una sombra blanca que se ocultaba allí,
repentinamente se movió un poco, quizás sorprendido de ser descubierto. La
sombra parecía asustada, e inmediatamente corrió. Pero en lugar de huir, se
escondió detrás del árbol como si esperara algo.
Finalmente, el último chico alegremente
grito "¡Adiós Hermano Da Niu!" Y desapareció. Chu Jingtian se frotó
las manos, casi como si estuviera triste de no tener a nadie para dar más
frutos. Él había tomado esta tarea como una especie de placer diario hace mucho
tiempo. Traído aquí como un niño de cinco años por su abuelo, Chu Jingtian no
había experimentado la dureza del mundo exterior. Como resultado, era muy
inocente y amable; Casi molesto también.
Sólo entonces la pequeña sombra blanca
emergió tranquilamente de detrás del árbol y se paró ante Chu Jingtian con la
cabeza hacia el suelo. Ella gritó tímidamente. "Hermano Da
Niu".
La niña atrajo la atención de Ye Wuchen
desde el momento en que emergió, sus ojos estaban pegados a ella como
pegamento. Parecía tener sólo diez años, y Ye Wuchen sólo podía describirla
como pequeña y exquisita. Llevaba un largo vestido blanco que estaba arrugado
pero casi impecablemente limpio. Lo que más atrajo la atención de Ye Wuchen fue
su largo cabello blanco como la nieve y las dos cicatrices que se cruzaban en
su rostro.
Dos cicatrices corrían desde las
esquinas de su frente hasta los lóbulos de sus orejas a través de su cara como
una enorme letra X, destruyendo su belleza.
Chu Jingtian se apresuró a buscar más
fruta en su cesta, pero su expresión se puso rígida cuando sacó una fruta
grande que parecía ser una manzana. Avergonzado, se frotó la cabeza y se
disculpó. "Lo siento, hermana de pelo blanco, parece que me equivoqué hoy.
Este es el único que queda. Pero, es el más grande."
La niña lo aceptó cuidadosamente y
sonrió. "Está bien. Gracias Hermano Da Niu.
Miró nerviosamente a Ye Wuchen porque
la había estado observando antes de correr fuera de su vista.
Después de ver su sombra exquisita
desaparecer en la oscuridad, Ye Wuchen quedó irreflexivo por un momento.
“¿Quién era ella?” El preguntó.
El viejo lo miró y dijo, “Ha aparecido
hace una semana. Supongo que solo entro por casualidad y no pudo volver a salir.
Pero…. Ah. Tú la viste por ti mismo, su cara es demasiado aterradora, y su pelo
es como el de la raza más cruel, los Lobos de Nieve. Por lo tanto, todo el
mundo aquí la rechaza, y la aleja cada vez que la ven. Pero, ella no parece ser
mala en absoluto. Parece joven, y no puede sobrevivir sola. Puede ser que la
fruta que ella recibe aquí cada noche es su única forma de alimento."
Ye Wuchen permaneció en silencio y
caminó en la dirección en que la niña desapareció. Chu Jingtian le llamó,
confundido. "Hermano Wuchen, ¿A dónde vas? Todavía quiero escuchar tus
historias.”
Fingiendo no haberlo oído, Ye Wuchen
desapareció de su vista. Chu Jingtian se rascó la cabeza y murmuró
"¿Tendrá ganas de orinar?"
La niña de pelo blanco estaba en
cuclillas junto a un arroyo, lavando en silencio la fruta que tenía antes con
agua limpia. El sonido del agua chocando sobre sobre las rocas en el arroyo
llenó el aire. En medio de la fresca brisa, la silueta de su pequeña figura
parecía sola y lamentable.
Cuando terminó, la niña se levantó y
secó la fruta con su ropa. De repente, sintió algo y volteo inconscientemente.
Ante la pérdida de lo que debía hacer, ella sólo observaba cómo Ye Wuchen se
acercaba a ella. Sabía que era el quien la miraba antes.
Ye Wuchen se acercó lentamente a ella y
la miró a los ojos. Sus ojos estrellados lo conquistaron por completo. Soledad.
Pánico. Confusión. Impotencia. Todos estaban ocultos en sus ojos estrellados.
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