182 – 3ra Ola de las Nueve Olas de la Gran Palma del Buda de Oro
“¡Fue intuición!”
"Mmm, tú eres papá, así que por supuesto que seguiré a papá."
Qing Shui estaba realmente sin palabras. Se preguntó qué pensaría su Diosa Maestro si le llevara a esta pequeña.
"Entonces, ¿Qué hacemos acerca de este gran tigre?" Qing Shui miró a esta su nueva "Hija" y preguntó.
"Ignorarlo, se ira por sí mismo. Cuando sea necesario, aparecerá de nuevo cuando lo llame. Es como si no pudiéramos ver a Pequeño Gris y Pequeño Blanco ahora." La muchacha dijo alegremente.
“¿Pequeño Gris? ¿Pequeño Blanco?" Preguntó Qing Shui perplejo.
"Estúpido papá. Son los otros dos.”
Después de decir esto, ella gritó con su voz infantil, "¡Pequeño Gris, Pequeño Blanco!"
¡El grito agudo de un cóndor y el rugido de un oso ruidoso sonaron!
Al cabo de pocas respiraciones, Qing Shui miró fijamente a un cóndor cuyas plumas blancas no perdieron contra la Grulla Blanca de las Nieves y un Oso Grizzly de Montaña con una altura de más de 5 metros.
Los tres eran bestias demoníacas ...
"Luan Luan, ¿Puedes hacer que te escuchen?"
"Sólo Pequeño Gris, Pequeño Blanco y Pequeño Tigre. El resto de ellos no escuchan a Luan Luan. Incluso le pido a Pequeño Gris, Pequeño Blanco y Pequeño Tigre que los golpeen a los que no escuchan.”
Qing Shui, "..."
"Una vez, vi a un Gran León de Fuego la otra vez. Era muy bonito, pero no me escuchaban. Le pedí a Pequeño Gris, Pequeño Blanco y Pequeño Tigre que le dieran una paliza, pero Pequeño Blanco no me escucho y salió corriendo. Pequeño Gris y Pequeño Tigre también corrieron por sus vidas." Luan Luan frunció los labios y dijo enfadada.
Qing Shui estaba sin palabras. Ese gigantesco león fue probablemente mucho más fuerte que estos tres monstruos demoníacos. Parecía como si la chica sólo pudiera domesticar a tres monstruos demoníacos, pero esto todavía hacia que Qing Shui sintiera que las comparaciones eran odiosas. Lo más importante, sería un viaje suave para que esta chica alcanzara Xiantian en el futuro, o posiblemente incluso el Reino del Rey Marcial y Santo Marcial.
Qing Shui llevó a la muchacha hasta el carro de caballos, y con seguridad pasaron a través del valle. Después de alcanzar el camino ancho y plano al entrar en la otra mitad de la Región Cang Lang, el camino rocoso se estabilizó.
Cuando el sol del atardecer se puso, Qing Shui se aferró a la mano de la muchacha y se paró en el fondo de la Cueva de los Mil Budas.
"Papá, ¿Qué es esto? ¿Por qué hay tanta gente?", Preguntó Luan Luan con su voz infantil.
Cuando Qing Shui llevó a la niña cuya belleza podría llevar a la caída de los países y las ciudades por el carruaje, atrajeron las miradas innumerables de los que les rodearon. Todos se dirigieron hacia Luan Luan y Qing Shui lamentó la belleza letal de esta chica.
"¡Vamos, te llevaré a ver el Buda de Oro!"
"¡Papá, cárgame!" Luan Luan extendió sus manos y dijo con una voz crujiente y melodiosa.
Esta vez, las miradas envidiosas fueron arrojadas a Qing Shui.
"Si pudiera tener una hija angelical como ella", se lamentó un hombre.
“¿Cómo puedes soñar siquiera con tener una hija tan bella con tus sucias miradas?”
Hombre, "…"
"Solamente ese tipo encantador puede tener un ángel tan lindo como hija."
"La madre de ese pequeño ángel es sin duda una belleza sin igual."
¡Qing Shui estaba sin palabras!
Al entrar en la Cueva de los Mil Budas, Qing Shui se dio cuenta de que era mucho más grande de lo esperado. Qing Shui incluso tenía la sensación de que era hueco, como si se tratara de un amplio vestíbulo con una altura de más de 100 metros. Qing Shui no podía ver el final de la ruta sinuosa, y el tráfico humano hizo parecer como si fuera un mercado poblado.
"Papá, quiero esto ... ¡Quiero eso!"
Qing Shui se dio cuenta de que no había estatuas de Buda cuando entró por primera vez en la Cueva de los Mil Budas. Sin embargo, había muchos pequeños puestos alrededor, e incluso los restaurantes y posadas estaban en las paredes que parecía ser como cuevas.
Cada vez que Luan Luan se encontró con objetos pequeños, ella se acercaba para agarrarlos. Después de todo, ella era sólo un niño.
“Luan Luan, te compraré lo que quieras. Recuerde, tenemos que pagar por estas cosas." Qing Shui se dio cuenta de que tendría que enseñar a esta chica algo de sentido común.
Llevo Luan Luan por encima de una esquina. Sólo cuando entraron y vio muchas estatuas de Budas de Oro enormes, Qing Shui descubrió lo magnífico y sorprendente que era. Muchas estatuas gigantes de Budas de Oro, cada una con una altura de más de 50 metros, fueron colocadas en lugares específicos.
Cada uno de ellos tenía una postura extraña. Qing Shui llevó Luan Luan alrededor mientras caminaban entre la multitud. Tenía la sensación de que estaba casi consiguiendo algo, pero sin poder aún captarlo.
Sin darse cuenta de ello, la mano de Qing Shui comenzó a imitar las posturas de esas estatuas, poco a poco cada vez más rápido. Su aguda visión exploró a través de cada una de las gigantes estatuas de Budas de Oro mientras se dirigía hacia el interior de la Cueva de los Mil Budas.
El Qi de la 3ra Ola de las Nueve Olas de la Gran Palma del Buda de Oro que no había sido capaz de captar empezó a moverse automáticamente. ¡Progresó suavemente sin resistencia formo un circulo antes de que naturalmente saliera disparado de sus manos!
Tres fuertes olas se dispararon de repente. Antes de que estallara, Qing Shui intentó suprimir su Qi, pero era demasiado tarde. Aunque no había mucha gente a su alrededor porque habían caminado muy rápido, los que estaban presente se voltearon para mirarlo con asombro.
Terminada, la 3ra Ola fue completada, Qing Shui estaba muy contento. Era parecido a la sensación de cuan se descubre que una belleza sin igual ha estado enamorada de ti.
De repente, se dio cuenta de que la jovencita había desaparecido. Impactado, Qing Shui rápidamente se voltio tan rápido como pudo por el camino de dónde venían.
En el camino, encontró a Luan Luan mirándolo triste. Qing Shui se sentía culpable y dio a la Pequeña un gran abrazo. Al pasar menos de medio día con ella, Qing Shui se dio cuenta de que había tomado una posición importante en su corazón.
¿Era porque se parecía mucho a su Diosa Maestro?
"¿Papá va a dejar a Luan Luan, ahora también?" Luan Luan frunció los labios y dijo, agraviado. ¡La melancolía llenó sus ojos grandes y brillantes!
Qing Shui la abrazó con fuerza, sintiéndose muy triste de que una niña pequeña pudiera tener una mirada tan intensa sobre ella. “Luan Luan, no llores. Te prometo que nunca te dejaré, ¿De acuerdo?”
“¿Lo Prometes?” Luan Luan alzó la cabeza y dijo seriamente.
"Lo Prometo, ¡Definitivamente me mantendré fiel a mis palabras!"
"Juramento de Meñique!" Luan Luan extendió su dedo meñique.
Qing Shui sonrió mientras extendía su dedo meñique y lo enganchaba con el de Luan Luan. Se sentía muy reconfortante. Qing Shui no sabía cómo se sentía ser un padre, pero creía que debería ser similar a lo que sentía en ese momento.
Qing Shui llevó a Luan Luan y una vez más miró hacia estas estatuas de Buda de Oro. ¿Podría ser que las Nueve Olas de la Gran Palma del Buda de Oro que obtuvo por suerte de matar a alguien estaba relacionada con estas estatuas de Budas Dorados?
Perplejo, Qing Shui pensó mientras seguía mirando a cada uno de ellos, uno por uno. Sin embargo, ya no encontró la sensación de antes. Aunque cada una de sus posturas eran diferentes, Qing Shui todavía no sentía nada. Sin embargo, se forzó a grabar en su mente todas las posturas de las mil estatuas de Buda de Oro que era posible con su memoria extraordinariamente.
Sin darse cuenta, se dio cuenta de que era el único que quedaba en la Cueva de los Mil Budas. Ya era tarde y la muchacha en sus brazos se había quedado dormida. Qing Shui la cargo como una princesa para que ella pudiera dormir más cómodamente.
Qing Shui no podía entender cómo la muchacha tendría un abrigo de piel de Zorro Blanco como nieve con ella. Ella estaba muy limpia porque no sólo no había hedor en ella, sino que también tenía un olor único para los niños pequeños. Además, ¿Cómo sobrevivió todo este tiempo sin nadie para cuidarla ...?
Qing Shui consiguió una habitación en la entrada de la Cueva de los Mil Budas y colocó cómodamente a la pequeña en la cama, cubriéndola con una manta antes de entrar en el Reino Inmortal del Jade Violeta.
¡3ra Ola!
Qing Shui repetidamente practicando, e incluso trató de tratar de fusionar las posturas del Rugido del Tigre y Puño Rápido Solitario. Desafortunadamente, incluso después de múltiples intentos, no tuvo éxito.
Sintiendo el ritmo de la 3ra Ola, Qing Shui la incluyó gradualmente con las posturas de las estatuas de los Budas de Oro que se había forzado a recordar. Fue capaz de atacar repetidamente, produciendo una Gran fuerza asesina que lo hizo sentir muy cómodo.
"¡Haha, esta es la destreza genuina de las Nueve Olas de la Gran Palma del Buda de Oro!"
Qing Shui repetidamente y locamente golpeó en el aire del Reino Inmortal del Jade Violeta. El impacto potente empujado en el aire, causando un ruido fuerte que sonaba como el sonido de las Palmas de Buda. Sus efectos fueron atormentadores de nervios.
En los siguientes momentos, Qing Shui usó casi todas las posturas de las estatuas de los Budas de Oro para mostrar la 3ra Ola de las Nueve Olas de la Gran Palma del Buda de Oro, hasta que completamente agoto el Qi de la Técnica de Fortalecimiento Antiguo en su Dantian.
Qing Shui felizmente se tranquilizó en el Reino Inmortal del Jade Violeta. Pensar que ganaría tanto de un solo viaje a la Cueva de los Mil Budas. No sólo comprendió la 3ra Ola de las Nueve Olas de la Gran Palma del Buda de Oro, sino que incluso encontro una hija tan increíble.
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