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jueves, 30 de noviembre de 2017

DC - Capítulo 83: El Sorprendente Long Yinye



Capítulo 83: El Sorprendente Long Yinye

El camino alterno que reveló Ryou era mucho más suave y seguro que la anterior cueva por la que habían entrado originalmente. Apenas había algunas criaturas de pequeño tamaño y nada que pudiera inquietar al trio.

Después de retomar el rumbo hacia el valle y caminar durante medio día, finalmente llegaron hasta lo que parecía ser la salida de esta cueva. Era una pequeña abertura donde apenas cabía una persona arrastrándose.

Ryou fue el primero en atravesar este túnel, solo para encontrarse a mitad de un risco, suspendido a unos 100 metros en el aire. Con su cultivación de Guerrero Espiritual esto no era ningún problema, ya que los Pasos Lunares le permitían dar pequeños saltos en el aire hasta llegar al suelo de forma segura.

Ryou ayudó a bajar a Naomi. Y luego hizo lo mismo con Long Yinye, quien tartamudeaba con sorpresa: “Tutu..tu... Eres un Guerrero Espiritual… demasiado joven…”

No es que él nunca haya visto un Guerrero Espiritual antes, pero ni en sus más remotos sueños se le ocurrió que el más joven y reciente miembro de su gremio pudiera serlo.

“¿De dónde salió este chico? Los jóvenes genios del Ducado Kherguita son todos personajes famosos y reconocidos, por lo cual claramente no pertenece aquí”

Se preguntó interiormente. Y luego recordó el día que conoció a Ryou en un bar:

“Creo que mencionó algo del Gran Desierto Oscuro pero… en ese inhóspito lugar no debería haber genios de tal calibre”

Este joven era una caja repleta de misterios para Long Yinye.

El valle subterráneo se extendía por cientos de kilómetros, y se volvía cada vez más amplio a medida que avanzaban.

Había que admitir que la vista podría maravillar a casi cualquiera, hace solo unos instantes estaban en un túnel rocoso sin ningún tipo de atractivo. Pero ahora parecían haber llegado a otro mundo totalmente distinto.

El valle tenía enormes arboles prehistóricos, con plantas exóticas de colores radiantes y grandes criaturas que podían verse a la distancia. También había unas luces de color verde, provenientes de las rocas cristalinas que estaban a lo largo de toda la cueva. Este tipo de rocas era bastante común en el lugar y ayudaban a iluminar un poco el ambiente.

Además los niveles de energía aquí eran muy superiores a los del Ducado Kherguita en general, y tan solo un poco inferiores a los del Plano Alterno de Sao Feng. Pero para Naomi que había vivido toda su vida en el pobre desierto, esto era algo increíble y difícil de asimilar. Esto le hizo pensar en algunas cosas y, sin poder evitarlo, preguntó:

“¿Por qué razón los cultivadores del mundo no se asientan en este lugar?

Ryou rió entre dientes, ella siempre lo sorprendía con sus preguntas inocentes.

“No es que no quieran… es que no pueden”

“La razón es la misma por la cual nadie pudo explorar totalmente estas cuevas hasta el momento, ya que es demasiado peligroso estar aquí una vez que los días de invasión bestial terminan”

“¿Y por qué se produce la invasión?” Preguntó Naomi, que parecía una bestia hambrienta de conocimiento, y tenía curiosidad por conocer esa respuesta desde hace tiempo.

“Hay varias teorías milenarias detrás de esto. Pero la más aceptada indica que cada 4 o 5 años los reyes prehistóricos del mundo subterráneo, que controlan a miles de poderosas criaturas, por alguna razón desconocida entran en hibernación absoluta durante un tiempo. Y esto provoca que algunas pocas bestias intenten escapar de su control, logrando salir al exterior” Explicó Ryou calmadamente, mientras contemplaba el paisaje.

En realidad él conocía la verdadera razón por la cual el fenómeno sucedía. Y pese a que lo que dijo era real, solo era una pequeña parte del misterio.

Naomi tenía muchas dudas dando vueltas en su cabeza, como por ejemplo:

¿Qué tan fuerte eran los reyes prehistóricos?

¿Eran tan inteligentes como los humanos?

¿Por qué razón entraban en hibernación cada algunos pocos años?

¿Por qué ellos nunca habían intentado salir al mundo exterior antes?

¿Cómo se supone que sabrían a qué hora cenar dentro de la cueva si siempre estaba oscuro?

Y muchas cosas más. Pero a pesar de su enorme curiosidad, se resistió a seguir indagando. Hacer tantas preguntas la haría lucir algo tonta y no quería dejar esa imagen.

“Señor Ryou ¿Hacia dónde nos dirigimos ahora?” Preguntó con enorme respeto Long Yinye, su actitud había dado un giro de 180° luego de descubrir que el joven era un poderoso Guerrero Espiritual.

Pero antes de que pudiera responder, una imponente criatura con aterradoras garras se acercó rápidamente hacia ellos. Tenía plumas de color azul, similares a las de un ave, pero caminaba en dos patas con gran velocidad. Este monstruo medía más de 3 metros de alto, y cada una de sus seis garras tenía el mismo tamaño que el brazo de una persona normal.

“¡Es un Ave de Jaén!” Exclamó Long Yinye, casi en pánico.

Naomi desenfundó la fina espada y se preparó para atacar. Esta arma lucía extremadamente hermosa y lujosa. Su padre, Suki Tora, se la había hecho a medida, y se jactaba de ser una de sus mejores creaciones hasta el momento. Lo cierto es que esta espada era del nivel Intermedio y con calidad Alta, sin duda un arma del pico en el Gran Desierto Oscuro, e incluso sería muy apreciada en un lugar como el Ducado Kherguita.

Las armas usadas en el Imperio Zhou se dividen en los niveles de Aprendiz, Intermedio, Experto y Maestro. Y cada nivel se subdivide según la habilidad del herrero fabricante en tres calidades, Baja, Media y Alta. También existían las llamadas Armas Legendarias pero estas eran tan raras que no vale la pena mencionarlas.

Naomi cargó hacia adelante con confianza. Ella se apuró a atacar a la bestia Feroz porque quería demostrar su valía ante Ryou.

Originalmente le había prometido a él que no sería una carga en su viaje pero desde que llegaron al Ducado Kherguita jamás le había podido ayudar en nada. Esto frustró un poco a la joven.

Aunque no era muy experimentada para las cosas, y no conocía demasiado el mundo, tenía una gran confianza en lo que respecta a combatir con bestias Feroces. Durante los últimos años en el ejército había luchado contra decenas de poderosas bestias, junto a sus compañeros de escuadrón.

El Ave de Jaén parecía bastante a gusto con la valiente Naomi que se dirigía directo hacia su ubicación ¡Hoy no tendría que perseguir a su cena!

La bestia intentó morder a su presa, pero Naomi esquivó hacia el costado y cortó con su espada.

Las plumas y piel de esta criatura eran bastante resistentes, incluso la poderosa espada de Naomi apenas logró hacerle un tajo poco profundo en su costado.

La bestia parecía furiosa y atacó frenéticamente a la joven con sus afiladas garras. Naomi logró desviar la mayoría de sus golpes con su espada, y después de algunos minutos de combate intenso, finalmente logró perforar el cuello de la criatura con su arma.

El Ave de Jaén de desplomó en el suelo, sin signos de vida. A pesar de que fue una completa victoria para la joven, no salió ilesa del combate. Naomi tenía algunos cortes ligeros producidos por las garras de la bestia.

“¿Qué tal lo hice?” Preguntó con una actitud refrescante, se sentía muy orgullosa por haber logrado derrotar a la bestia sin ayuda de nadie.

“Si ignoramos el asunto de que morirás dentro de aproximadamente 4 horas, no estuvo tan mal” Comentó Ryou con una amarga sonrisa.

Esta joven desenfrenada se había lanzado sola a luchar contra un oponente del que no sabía nada.

“¿Qué intentas decir con eso? ¡Estoy perfectamente bien!” Replicó Naomi, ella solo quería que la feliciten.

Long Yinye intercedió, mostrando pesar en su rostro:

“Jovencita, debes saber que las garras del Ave de Jaén están envenenadas…”

El rostro de Naomi se volvió pálido luego de oír esto. En realidad nunca había visto antes este tipo de bestia Feroz pero jamás había escuchado sobre una que tenga las garras envenenadas. Por lo cual no pensó en esa posibilidad.

“Incluso si regresamos ahora en busca de un alquimista para que fabrique el antídoto, no llegaremos a tiempo…” Suspiró Long Yinye mostrando abatimiento, mientras observaba los pequeños tajos que la bestia había causado en la piel de Naomi. Estas heridas no serían nada para ella si no fuera porque fueron causados por las garras con veneno de la criatura.

Naomi estaba en shock ¿Realmente moriría en su primer combate en el Valle Subterráneo? Ni siquiera había podido mostrar todas sus habilidades y ya estaba muriendo

“¡Que estupidez!” Pensó con frustración.

“Cálmate, estar nerviosa solo acelerara el veneno”

“Siéntate a meditar e intenta mover tu energía muy lentamente a través de los meridianos. El señor Long cuidará los alrededores, mientras yo preparo el antídoto para curarte” Explicó Ryou tranquilamente, y luego sacó un caldero de su bolsa interespacial.

Este caldero era de color dorado y negro, y estaba decorado con tres cabezas de dragones. Lo curioso es que estos dragones no eran iguales. Uno era un dragón de agua, parecido a una serpiente de mar. El otro era un dragón volador, con enormes alas. Y el tercero, era un dragón de tierra que parecía un enorme lagarto.

Este imponente artículo era el Caldero Celestial del Emperador de la Alquimia, uno de los objetos más valiosos que portaba Ryou, y que originalmente compró por casualidad en la Subasta de la tribu Sol Radiante.

Ryou encendió el fuego con gracia y comenzó a arrojar algunos ingredientes que sacaba de su bolsa interespacial.

Long Yinye observaba la situación en shock.

“¿Este joven además es un alquimista? ¡Increíble!” Pensó.

Ya era bastante raro encontrar a un joven genio que fuese un Guerrero Espiritual a la tierna edad de 17 años, pero totalmente descabellado que además sea un gran alquimista.

Normalmente los alquimistas talentosos no tendrían un poder marcial demasiado desarrollado debido a que el Dao de la alquimia era muy distinto al Dao marcial.

Pero ahora este joven afirmaba tener la seguridad de fabricar un antídoto para este despiadado veneno. Long Yinye sabía que si eso era cierto, demostraría que Ryou era un Alquimista Experto del rango Plata como mínimo.

Mientras Ryou creaba el antídoto, un gruñido se escuchó en la cercanía.

Era otra bestia del rango Feroz que se acercaba hacia el grupo con precaución, como midiendo a sus presas.

Long Yinye sabía que sus dos compañeros no podían moverse, ya que si el joven alquimista descuidaba el proceso, toda la formula podría echarse a perder. Mientras que si la joven lo ayudaba, el veneno en su sangre se esparciría mucho más rápido.

Su única posibilidad era derrotar a esta bestia luchando solo. Pero cuando vio sus rasgos no pudo evitar acobardarse.

“¡Es un Klantor!” Chilló en pánico.

El viejo ya había perdido la compostura desde hace rato.

Este cuadrúpedo, de pelaje verde, era conocido por ser increíblemente territorial. Y aunque no era tan vicioso como el Ave de Jaén con su veneno mortal, todavía seguía siendo un gran desafío para cualquiera por debajo del rango de Guerrero Espiritual.

Long Yinye juntó todo su coraje y lo enfrentó.

La última vez que había entrado a las cuevas, tuvo que retroceder por culpa de un Klantor como este.

Pero esta vez ya estaba en el valle y regresar no era una opción viable. Además si se movía de este lugar, sus dos nuevos integrantes del gremio tendrían serios problemas. Y a pesar de ser un viejo zorro astuto con temor hacia las bestias poderosas, no dejaría morir a los miembros de su gremio tan fácilmente.

El viejo estaba casi temblando y la criatura podía oler su miedo. Pero Long Yinye no retrocedió, y chilló eufóricamente:

“No me dejas otra opción estúpido animal, usaré mi arma oculta celestial para derrotarte”

“¡Dagas Celestiales de la Gran Matanza Suprema!”

Long Yinye le arrojó algunas simples dagas de su arsenal personal, las cuales rebotaron en la bestia y cayeron al suelo patéticamente. La piel del Klantor era gruesa y esas dagas descuidadas ni si quiera estaban cerca de poder penetrarla. En realidad le hicieron cosquillas.

Los ojos del Klantor estaban llenos de burla.

Como toda bestia del rango Feroz tenía cierta inteligencia, y por un instante se preocupó por esas poderosas armas ocultas. Pero resultó ser una farsa ¡Esas dagas no podrían matar ni a un pollo!

La bestia dejó su anterior precaución de lado, y decidió embestir directamente. Estaba claro que miraba hacia abajo a este ridículo humano.

Pero luego de dar algunos pasos, el Klantor sintió múltiples pinchazos en sus pezuñas.

El suelo bajo el Klantor estaba repleto de esferas metálicas con puntiagudos pinchos, los cuales se incrustaron en sus pezuñas. Naturalmente esto no le causaba ningún daño grave pero al tener tantos objetos extraños clavados en sus pezuñas, la bestia perdió la posibilidad de correr. Incluso caminar se volvía tedioso.

“¡Haha! ¡Caíste en mi ingeniosa trampa, estúpido animal! Las dagas eran solo una distracción para poder arrojar esos pinchos de forma oculta. Ahora conocerás el verdadero poder del poderoso Long Yinye” Declaró con altanería. Y luego sacó una serie de bolas rojas de su túnica y las lanzó sin demasiada fuerza hacia la bestia.

“¡Bolas de fuego ancestrales del fénix renaciente!” Chilló, con aires de héroe legendario.

Algunas bolas estallaron de inmediato luego de estrellarse contra la bestia. Mientras que otras simplemente rebotaron primero y cayeron al suelo, para luego estallar también.

Lo interesante fue que el estallido no causó ningún daño, simplemente liberó un humo de color rojo.

La bestia estaba confundida, esperaba una terrible explosión que quemara su hocico pero nada de eso pasó. Y el estúpido humano seguía apuntándole con su dedo con confianza, como si la victoria ya hubiera sido alcanzada por él. Le habían advertido que los humanos eran raros pero esto estaba en otro nivel.

Pero segundos después notó algo extraño en su visión. Una lágrima calló de sus ojos azules, y fue seguida por otra, y otra ¡En realidad ya no podía abrir los ojos!

Además su olfato estaba bloqueado, todo lo que podía sentir era un picante aroma que quemaba sus fosas nasales.

“¡Haha! Yo mismo fabriqué estas bolas picantes. Una vez que uso la técnica ancestral de fabricación de bolas picantes no hay forma de que pierda” Se jactó Long Yinye con orgullo.

“…” Ryou estaba conmocionado, a lo largo de su extensa existencia había escuchado sobre nombres ridículos de métodos de defensa. ¡Pero esto estaba en un nivel totalmente distinto!

“Dagas Celestiales de la Gran Matanza Suprema, Bolas de Fuego Ancestrales del Fénix Renaciente y Técnica Ancestral de Fabricación de Bolas Picantes… ¡Todos eran simples trucos que hasta un niño podría lograr! ¿Será que no sufre de vergüenza o tan solo tiene la piel demasiado gruesa?” Repasó Ryou en su mente, pensando en Long Yinye y sus técnicas, pero sin duda le daba un 10 en originalidad.

La bestia estaba en una perdida, ya que no podía ver, ni oler al humano. Por lo cual prefirió retirarse, caminando a ciegas, hacia un montón de arbustos cercanos.

“¡Hahaha! ¡Mientras el gran Long Yinye este aquí ninguna bestia podrá pasar!” Alardeó riéndose, mientras palmeaba su pecho con confianza.

Ryou tuvo que admitir que a pesar de que el anciano no tenía ninguna habilidad real, sus ridículos métodos de defensa fueron efectivos para espantar a la bestia Feroz.





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