Capítulo 16: Combate Intenso
Terror, es la única palabra que podía describir lo que sentían los aldeanos en ese momento. El miedo invadió sus rostros al ver a sus cuatro protectores de la aldea desmembrados en el suelo.
Los espectadores comenzaron a caminar hacia atrás lentamente mientras que los demás guerreros de la tribu dejaron caer sus armas y estaban listos para huir, pero en ese momento una voz potente se hizo escuchar aturdiendo a todos.
“Mataré a quien se atreva a intentar escapar”
“Como patriarca no permitiré cobardes en mis filas de combatientes”
“Ni tampoco seré intimado por un mocoso arrogante que no sabe nada del cielo y la tierra”
“No sé qué trucos utilizaste para derrotar a los protectores pero no funcionará conmigo, hoy personalmente me ocuparé de ti” dijo con furia el hombre de mediana edad con la cicatriz en la frente, había perdido toda cara por culpa de este mocoso y ni siquiera matándolo 100 veces podría compensar el daño que le había causado.
A pesar que no sabía qué nivel tenía Ryou exactamente, el patriarca pudo adivinar que no era un Gran Guerrero aún. Por lo cual estaba muy confiado en poder derrotarlo ya que él era un Guerrero del pico de nivel 5 que dentro de muy poco rompería en el rango de Gran Guerrero. Así que sacó su espada y apuntó hacia Ryou, con un tono desafiante dijo:
“Luego de acabarte, seguiré con esa señorita que te acompaña y con estos dos gusanos atados que tanto te importan”
Ryou se preparó mentalmente para este enfrentamiento desde el mismo momento que había derrotado a los protectores. Sabía que su enemigo esta vez era mucho más fuerte que él y además poseía cierta experiencia en combate real, lo cual lo convertía en el rival más duro que enfrentó hasta el momento.
Por otro lado no estaba tan preocupado, con sus métodos y técnicas mientras tuviera un arma afilada en su mano podría hacerle frente a cualquiera dentro del rango Guerrero.
“Te mostraré la habilidad de un verdadero maestro de la espada” dijo el patriarca con furia, y se dirigió hacia Ryou a gran velocidad.
El sable de Ryou chocó ferozmente con la espada de su oponente. Un ensordecedor intercambio rápido de golpes pudo escucharse a cientos de metros a la distancia.
Los aldeanos que aún miraban la escena quedaron fascinados con los destellos producidos por las armas chocando, el intercambio era muy rápido y apenas podían seguirlo con la vista pero las chispas producidas por este eran visibles para todos.
Luego de algunos minutos el patriarca comenzó a fruncir el ceño, el joven enfrente de él había repelido todos sus ataques y no parecía estar cansándose en lo más mínimo.
“Debes sentirte orgulloso por hacerme usar esta técnica, jamás pensé que la necesitaría contra alguien del rango Guerrero” reconoció el hombre de mediana edad con la cicatriz en la frente mientras tomaba una postura ofensiva al extremo con su cuerpo, y lo flexionaba hacia abajo como un saltamontes a punto de brincar.
“¡Destello de Acero!” gritó, y saltó velozmente con su espada en línea recta hacia Ryou.
Ryou reconoció la técnica al instante y sabía lo peligrosa que era. Para alguien normal del nivel Guerrero significaría la muerte. Por otro lado no tuvo miedo, su técnica de sable era muy poderosa también. Con toda su concentración enfocada en su sable exclamó:
“¡Aullido del Dragón Ascendente!”
Las dos técnicas chocaron violentamente produciendo un sonido ensordecedor, una enorme chispa se produjo al impactar acero contra acero.
Naomi que miraba a corta distancia quedó impactada al notar que la situación no era buena.
Al chocar ambas técnicas el sable curvo de 80 cm, que Ryou le había comprado, se partió a la mitad. Mientras que la espada del patriarca seguía intacta. La diferencia de calidad entre ambas armas era notable ahora.
A pesar que ninguno de los dos estaba herido, el gasto de energía había sido grande.
“Haha, parece que la suerte no te acompaña hoy joven…”
“Admito que tu dominio del sable es muy bueno pero sin tu arma has perdido la única oportunidad de vencer hoy” Se burló el patriarca, que creía firmemente que ya había ganado este duelo.
Ryou permaneció tranquilo como siempre, enfocó su mirada al cielo y extendió su mano hacia Suki Naomi diciendo: “Préstame tu espada”
Naomi no fue lenta ni perezosa e inmediatamente le lanzó su espada envainada a Ryou, quien la atrapó en el aire, y desenvainó. El patriarca que miraba la situación se bufó:
“Puede que seas un maestro del sable pero con tu corta edad es imposible que domines la espada a ese nivel también, esta vez mi técnica te asesinará”
Ryou no desperdició palabras superfluas y tomó una postura ofensiva, flexionó su cuerpo al extremo con la espada en posición de querer dar una estocada. El patriarca con cara de incredulidad se puso furioso al ver esto: “¿Intentas copiar mi técnica? ¡Niño arrogante! ¿Tienes idea cuantos años he practicado esta técnica antes de poder dominarla?” Y luego de dejar esas palabras tomó la misma postura.
Los dos se miraron durante algunos segundos, ambos sabían que el vencedor sería decidido en el próximo movimiento.
Mientras todos los aldeanos contenían el aliento, dos gritos llenos de audacia se escucharon al mismo tiempo.
“¡Destello de Acero!”
“¡Destello de Acero!”
Las técnicas de espada de ambos chocaron al instante, el poderoso impacto de ambas espadas levantó la arena del suelo produciendo un pequeño torbellino de arena.
Segundos después todo se calmó, y los presentes pudieron observar con claridad al vencedor del combate.
El joven de 13 años estaba de pie con la espada en la mano, mientras el patriarca yacía en el suelo lleno de sangre. Su garganta había sido perforada brutalmente y con los pobres recursos medicinales del Gran Desierto Oscuro era imposible que sobreviviera, su inminente muerte era cuestión de minutos.
Ryou limpió la sangre de la espada usando la ropa del propio patriarca; luego la envaino y sentenció: “Tú limitada técnica con la espada no es nada ante un verdadero experto”
Segundos después le devolvió la espada a Naomi y ahuecando las manos le agradeció.
Muchos aldeanos miraban la escena horrorizados. Sus mejores guerreros, sus cuatro protectores y hasta el propio patriarca de la aldea habían sido asesinados por este joven.
Por otro lado las personas que nunca habían sido beneficiadas por el patriarca y/o que conocían a Ryou y su familia estaban eufóricas con este desenlace, ni en sus más remotos sueños habrían podido imaginar esto.
Ryou no prestó atención a la mirada atónita de los aldeanos y se dirigió hacia su hermana y su abuelo. Sacó algunas medicinas de su saco, las cuales había fabricado durante su viaje, y se las hizo comer a ambos mientras les ayudaba a beber pequeños sorbos de agua.
Minutos después y con colaboración de Naomi llevó a ambos hasta la casa más cercana y comenzó a atenderlos en profundidad.
Sus conocimientos médicos eran de primera clase gracias a su experiencia incorpórea como Vigilante de los Cielos, pero tenía serias limitaciones en la fabricación de medicamentos potentes por culpa de la falta de buenos recursos en toda la zona. A pesar de eso los medicamentos que Ryou entregó eran de la más alta calidad entre los que podrían encontrarse en todo el Gran Desierto Oscuro.
Desde el punto de vista de Ryou la recuperación total de ambos era sólo una cuestión de tiempo, así que aprovechó estos momentos para descansar un poco ya que el combate reciente había sido muy intenso y el gasto de energía fue enorme.
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