Capítulo 18: Familia Liang
Cuando llegó pudo ver a un hombre de mediana edad, con el uniforme de instructor del cuartel, que estaba espantando a la multitud despectivamente. Además lo acompañaban dos jóvenes con el uniforme de Guerrero Principal de la tribu que portaban unas enormes lanzas de acero.
“No pueden pasar, regresen por donde hayan venido…" sentenció el instructor mirando a la multitud de aldeanos con desprecio.
Ryou tomó la iniciativa y se colocó enfrente del hombre, el cual tenía un turbante gris y una mirada perversa.
“Instructor, mi nombre es Ryou y soy un Guerrero Principal recién ascendido desde el cuartel” se presentó Ryou mostrando una señal de respeto, después de todo no era conveniente confrontar a un instructor del cuartel sin razón.
“¿Oh? He oído hablar de ti… eres el mocoso salvaje que lastimó gravemente a mi discípulo Liang Tang” dijo el instructor con odio y luego de una breve pausa agregó:
“Soy Liang Hua, hace unos días cuando volví de cazar con la tribu me enteré de las noticias y te busque pero no pude hallarte por ningún lado”
“Mi discípulo estará incapacitado durante meses por tu culpa ¿Sabes lo valioso que es el tiempo de entrenamiento para un joven de esa edad?”
El instructor con turbante gris continuó regañándolo severamente sin parar.
Ryou frunció el ceño, la situación había empeorado bastante en cuestión de minutos.
Para empeorar las cosas, en medio del monólogo del instructor, uno de los dos jóvenes que lo acompañaban se acercó y afirmó con furia: “Lo que le hiciste a mi hermano te lo devolveré hoy”
El otro joven también se acercó y riéndose entre dientes dijo: “Hace poco tuvimos buena fortuna y logramos romper en el nivel 4 del rango Guerrero, así que serás un perfecto saco de arena humano para probar nuestras nuevas habilidades”
Parecían tener alrededor de 18 años los dos y además ¡eran gemelos! Ryou supo de inmediato que estos dos eran los hermanos que el recluta Liang Tang mencionó aquella vez que lo amenazó en el cuartel.
Viendo que la situación no era buena y que los tres ya estaban muy ofendidos, Ryou decidió dejar de ser amable. ¿Qué sentido tenía intentar arreglar las cosas ahora? Ya era tarde para eso. Así que eligió la opción de terminar de ofenderlos de todo.
Ryou comenzó a reír a carcajadas mientras escuchaba a los tres vociferar insultos y agravios hacia su persona.
“¿Acaso te has cansado de vivir? ¿De qué te estás riendo?” Preguntó uno de los jóvenes con furia en los ojos.
Ryou calmó su risa y respondió tranquilamente como si nada hubiera pasado:
“Dices que me usarás de saco de arena, pero eso depende de si tienes las habilidades necesarias para lograrlo”
“Y respecto a porqué me estoy riendo… es debido a que imaginaba cómo quedaría tu rostro dentro de unos minutos cuando te lo corte”
“¡Te imagine sin nariz y fue bastante gracioso!”
Luego de dejar esas palabras, Ryou extendió su mano hacia Naomi y ella entendió al instante su intención. Lanzó su espada y él la recogió en el aire sin esfuerzo.
Los dos hermanos de Liang Tang estaban ofendidos al extremo, sus orejas estaban rojas de furia. Ryou era 5 años menor a ellos pero aun así se atrevió a decir esas palabras arrogantes.
“Maestro Liang, solicito permiso para ocuparme de este mocoso arrogante…” dijo uno.
Liang Hua dudó un instante, después de todo él era un instructor del cuartel y las peleas entre guerreros principales estaban prohibidas dentro de la villa. Por otro lado este mocoso no le había dado ninguna cara así que si no se cobrara venganza por su discípulo, Liang Tang, hoy sería difícil para él estar tranquilo. Se acomodó su turbante gris y sentenció: “Has lo que quieras, yo me hare cargo de las consecuencias luego”
Escuchando eso Ryou comenzó a reír nuevamente y afirmó: “Uno solo de tus discípulos basura es insuficiente para mostrar toda mi habilidad” Y luego agregó mirando al joven de 18 años: “Será mejor que ataques junto a tu hermano o no serás ningún partido para mí con tu pequeña experiencia en combate real”
El instructor frunció el ceño ¿Qué clase de confianza era esta? Sus discípulos eran nivel 4 del rango Guerrero con tan solo 18 años, aunque no podían ser considerados como genios sin duda estaban arriba del promedio en la tribu Roca Ardiente pero este mocoso que acababa de salir del cuartel como recluta no los puso en sus ojos en absoluto.
“¡Arrogante al extremo!” pensó Liang Hua.
Naomi que miraba preocupadamente la situación se acercó a Ryou por la espalda y susurró:
“Ten cuidado, estos tres son miembros de la familia Liang que han sido invitados por la tribu Roca Ardiente. Pero en realidad pertenecen a la misma familia Liang que gobierna en la Gran Tribu Sol Radiante… ¡La más poderosa de todo el Gran Desierto Oscuro!”
“Si los ofendes demasiado podría ser un problema grande en el futuro, así que intenta vencerlos sin lastimarlos demasiado”
Ryou que ya había deducido todo eso desde el inicio solo le sonrió, y haciendo un gesto de provocación con su mano les dijo a los dos hermanos “Mi tiempo es valioso, vengan ya”
Los gemelos de 18 años no pudieron contener más su furia, habían sido humillados y provocados al extremo por este mocoso. Nunca habían estado tan enojados en sus vidas.
Con un movimiento rápido los dos gemelos saltaron hacia Ryou con sus lanzas, querían aprovechar el rango de las mismas y causarle un gran daño mientras se encontraban a una distancia segura.
Pero ¿Cómo podría Ryou caer en esto?
Desde su punto de vista estos dos jóvenes se movían lento como tortugas.
Después de todo, días atrás Ryou había derrotado a un experimentado Guerrero nivel 5 del pico siendo solo un nivel 3. Y ahora, después de haber refinado durante el viaje las hierbas espirituales que le ofrecieron los aldeanos, ya se encontraba en la parte media del nivel 4.
Ryou se agachó esquivando sus lanzas y pasó velozmente por debajo de estas hasta ponerse a centímetros de sus oponentes. Con un movimiento fino y ágil, cortó con su espada hacia la nariz de uno de los hermanos mientras al mismo tiempo golpeaba con fuerza el cuello del otro hermano con una patada.
En cuestión de segundos ambos hermanos quedaron incapacitados en el suelo, la punta de la nariz de uno había sido cortada y su sangre brotaba con fuerza.
Mientras el otro se encontraba con dificultades para respirar debido a que tenía la nuez de la garganta hundida.
“Antes mencionaron algo sobre ser un saco de arena humano pero con sus habilidades inferiores no me son útiles ni para eso” sentenció Ryou con desdén mientras sonreía cruelmente.
Naomi hizo un esfuerzo por mantener la compostura, le había advertido a Ryou sobre la identidad de sus enemigos pero aun así decidió mutilarlos. ¡Era demasiado dominante!
El instructor Liang Hua estalló en ira, sus tres discípulos habían sido seriamente lesionados por este mocoso. Claramente no lo puso en sus ojos en lo más mínimo, estaba indignado y furioso al extremo.
Como alguien del rango Gran Guerrero que además portaba el orgullo de ser un instructor del cuartel sería muy poco ético atacar a alguien como Ryou; pero en este momento se olvidó de la ética, la moral o de su reputación, y saltó con furia al instante.
Su pesado puño golpeó a Ryou por sorpresa enviándolo a volar decenas de metros hacia atrás, estrellándose con una pequeña tienda de frutas que ayudó a amortiguar el impacto.
A pesar de eso había sido seriamente lastimado, su pequeño cuerpo no estaba muy desarrollado todavía y el golpe le había caído por sorpresa. Además Liang Hua era alguien del rango Gran Guerrero, una existencia que no tenía forma de soportar en este momento.
Con algo de dificultad Ryou se puso de pie y levantó la cabeza. Pero para cuando logró ver su rival ya estaba delante de él y una lluvia de golpes recayó sobre su pequeño cuerpo a gran velocidad. Ryou intentó cubrirse pero fue imposible, los ataques despiadados del instructor no le dieron tiempo y pudo sentir como sus costillas estaban a punto de colapsar en cualquier momento.
Naomi que miraba aterrada la situación saltó hacia el instructor para intentar detenerlo pero una poderosa cachetada la envió a volar varios metros hacia atrás.
Liang Hua era implacable.
El hombre del turbante gris levantó a Ryou en el aire tomándolo por el cuello como si fuera un ganso a punto de ser sacrificado.
“Di tus últimas palabras mocoso, hoy no saldrás de aquí con vida”
Dictaminó con instinto asesino el instructor.
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