NochNovels

Esta pagina se mantiene gracias a las ganancias de la publicidad. Desactiva Adblock, gracias.

jueves, 26 de octubre de 2017

DC - Capítulo 64: Islas Congu



Capítulo 64: Islas Congu

Antes de marcharse, Ryou les dio algunas instrucciones a sus seguidores más importantes, para garantizar un desarrollo consistente de toda su tribu durante su tiempo de ausencia.

También le dejó la Perla de Resonancia Energética a la señorita Randversson, con la idea de que lo contacte de inmediato en caso de contar con la asistencia de algún alquimista experto del rango Oro que pudiera ayudar a sanar la herida espiritual que sufría.

A pesar de que habían enviado varias cartas solicitando la ayuda de un poderoso alquimista, los mensajes entre distintas regiones se movían extremadamente lentos. Además tentar a estos personajes no era una tarea fácil, estos alquimistas eran extremadamente ricos, sobre todo en regiones mucho más prosperas que el Gran Desierto Oscuro, por lo cual no sería una tarea sencilla conseguir que alguno decidiera venir hasta aquí para ayudar a Ryou.

Dentro de los tres niveles de alquimia existentes del rango Oro; Neófito, Avanzado y Experto, Ryou había especificado que únicamente le servía este último. Pero conseguir la ayuda de alguien de ese nivel era una tarea de suma complejidad.

Por último le ordenó a Fluffy cuidar de Randversson, como su perro guardián, hasta su regreso. No era que Ryou sintiera alguna clase de sentimiento de amor por esta bella mujer pero, a diferencia de sus demás allegados, ella era demasiado débil aun, y el tratamiento para su Poder Espiritual dependía de ella en gran medida. Por lo cual un poco de seguridad extra no estaría mal.

La despedida no fue muy llamativa, de hecho después de arreglar algunos asuntos, Ryou se marchó silenciosamente montando un enorme camello. Él nunca había sido partidario de las despedidas llamativas, llenas de emoción y lágrimas. Y tampoco quería que su destino se hiciera público, razón por la cual únicamente sus allegados de mayor confianza sabían hacia donde se dirigía.

El viaje a través del árido desierto hasta la costa Este era mucho más corto y rápido que su anterior viaje, que hizo desde su Villa Principal hasta la tribu Plumas Sagradas. Pero aun así le tomó varios días completarlo. La razón principal era que, después de tanto tiempo siendo acompañado por otros, Ryou estaba disfrutando de la soledad momentánea. Y además no estaba apurado por llegar, por lo cual se tomó su tiempo mientras ponía sus ideas en orden.

Ryou no había tenido tiempo para reflexionar sobre todas las experiencias vividas desde que renació en este mundo, y este viaje en solitario fue un momento perfecto para hacer un poco de autoanálisis y repasar todo lo vivido últimamente.

Algunas cosas vinieron a su mente, como su regreso a este mundo después de tanto tiempo, su abuelo Sun, su hermana Xiao, su amiga Suki Naomi, Gu Heng y los demás miembros de su tribu que lo apoyaron, y su amante, la señorita Randversson.

También pensó brevemente en aquellos que cayeron bajo su poder y sufrieron, mientras él ascendía. Como el patriarca de su aldea, la gente de la tribu Arena Roja y la tribu Escorpión Negro, o como Huang Chao y su desaparecido hijo. También estaban Liang Tang, Liang Hua, Kui Chen, Suki Fudo, Wang Wei, Wang Mei, Wang Hao, Wang Yu, entre otros, y recientemente hasta el poderoso Wang Mang, quien lo odiaba por la muerte de su hija pero nada podía hacer al respecto debido a su inferioridad. La cantidad de odio generado para poder ascender al poder había sido inmensa y en un futuro cercano se sumarían más personas a esta lista, como su jefe tribal Kui Yang, quien ahora todos pensaban que era un traidor por culpa de los esquemas hechos por Ryou.

“Es algo inevitable…” Suspiró Ryou con una mirada pensativa.

Él sabía que para que algunos triunfen y asciendan, otros debían ser carne de cañón y caer. Así eran las cosas en el mundo del cultivo marcial, la ley del más fuerte era una realidad innegable. A pesar de que había visto suceder esta situación cientos de veces a lo largo de su larga existencia, era una cosa distinta vivirlo en carne propia.

Como Vigilante de los Cielos, Ryou no tenía sentimientos de ningún tipo por el mundo mortal. A pesar de que tenía la obligación de registrar todas las cosas importantes que sucedían alrededor de los personajes más poderosos de la historia, él no sentía empatía o apatía por sus acciones. Incluso si veía como masacraban a una ciudad entera y esclavizaban sus almas, Ryou no sentiría nada en su estado como Entidad Divina. Pero eso había cambiado lentamente luego de revivir y obtener un cuerpo mortal. Él había hecho algunos amigos, e incluso tenía gente que lo consideraba su propia familia. Por lo cual se tomó algunos momentos para pensar en estas cosas, con un ligero estado de melancolía. También recordó algunos asuntos del pasado que hubieran escandalizado a cualquiera, pero Ryou en ese momento los observó tranquilamente, sin una pizca de sentimientos. Grandes masacres de países enteros y valerosos héroes que cayeron en desgracia, ahora esos recuerdos parecían tener un significado distinto.

Pero todas estas cosas fueron arrojadas rápidamente al fondo de su mente cuando recordó su objetivo principal, el blanco de su venganza no estaba en este mundo mortal. E incluso si Ryou decidía ignorar el asunto y vivir una vida tranquila, la contraparte vendría por él tarde o temprano. Por esta razón su única posibilidad de supervivencia era volverse fuerte, lo suficientemente poderoso para que nadie pueda doblegarlo otra vez; ni siquiera esa poderosa existencia suprema.

Después de algunos días de viaje finalmente llegó hasta la costa. Las turbulentas aguas del Mar del Este lo separaban de su objetivo.

Mientras buscaba algunos troncos para hacer una balsa, se encontró con un enorme Escorpión Negro de más de dos metros. Esta criatura era bastante común en esta zona, y su veneno era el componente principal de la formula ancestral de la tribu Escorpión Negro.

“Es una pena que su carne no sea comestible... pero su aguijón puede ser una cosa útil”

Pensó Ryou justo antes de empalar contra el suelo al escorpión, usando una lanza, y de cortarle la punta de su cola. Este aguijón era tan grande como una mano de un ser humano adulto.

“Unos años más y podrías haberte convertido en una bestia del rango Feroz” Pensó Ryou mientras guardaba el aguijón del escorpión en su bolsa interespacial con cuidado.

.Conseguir troncos lo suficientemente grandes para hacer una balsa no era una tarea fácil en el desierto. Pero después de derribar algunas palmeras y de atar sus troncos usando lianas, Ryou concretó una resistente embarcación que podría llevar a varias personas.

La razón por la cual prefirió hacer algo un poco más grande, a pesar de que se movería más lento, era porque el oleaje del Mar del Este era muy fuerte. Por lo cual necesitaba de cierta estabilidad, ya que en caso de hundirse tendría enormes problemas enfrentando a los depredadores que habitaban en el mar.

El Mar del Este no era un lugar donde se podría ir a nadar despreocupadamente. A pesar de no haber demasiado peligro en la cercanía de la costa, mar adentro la situación era muy distinta. Los peligros que albergaba el mar eran enormes, incluso para alguien del rango Maestro Espiritual. Esta era la razón principal por la cual el Imperio Zhou no había continuado expandiéndose luego de conquistar todo el continente de Tamri.

Hubo un emperador del pasado que intentó expandir su dominio enviando a sus tropas en enormes barcos de guerra a través del mar para invadir otro continente, pero después de algunos días de navegación, y al alejarse de la costa, fueron atacados por enormes monstruos marinos. Apenas uno de más de veinte barcos con tropas logró regresar a salvo.

Desde entonces se habían intentado nuevas formas para viajar entre continentes, como los viajes en dirigibles o la matriz de teletransportacion. Pero todos tenían sus pros y sus contras, haciendo que sea imposible enviar grandes cantidades de personas al mismo tiempo de forma segura. Por lo cual el Imperio Zhou prefirió consolidar su poder en Tamri, en lugar de intentar expandirse.

Ryou no temía ser atacado por grandes monstruos marinos, ya que la distancia que debía recorrer para llegar a la Isla Congu del sur, la cual era la más cercana de las dos, era bastante corta. Pero aun así podrían aparecer algunos problemas en el camino.

Luego de poner a flotar la balsa en el agua, se subió y examinó la vela improvisada que había colocado. Esta simple vela estaba formada con dos troncos pequeños en forma de cruz que estaban alineados desde el medio de la embarcación, y una simple tela que Ryou sacó de su anillo interespacial. A pesar que la pequeña vela no podría hacer todo el trabajo, sin duda le ayudaría un poco cuando tuviera viento a favor. Viendo que todo estaba en orden comenzó a remar utilizando un tronco que había moldeado cuidadosamente con su arma, hasta darle la forma de un remo.

Las primeras olas fueron salvajes y sacudieron a la embarcación con fuerza, chorros de agua salada salpicaban en el reluciente rostro de Ryou. Pero minutos más tarde la costa comenzó a alejarse del rango de su rango de visión, y el oleaje se calmó lentamente.

Dos días después, su destino ya estaba a simple vista lo cual alegró a Ryou. No había tenido que sufrir tormentas, ni nada que pudiera hacerle perder el rumbo; de hecho tuvo viento a favor durante gran parte del viaje.

“Islas Congu… Si todo sigue como en aquella época… Hay dos objetos ocultos que necesito de este lugar. A pesar de que no son objetos Divinos como el Anillo Escarlata de Orión o el Amuleto de Tharsis, aun así son poderosos artículos que necesitaré sin falta para progresar”

Analizó Ryou con expectativas, uno de estos dos objetos era una parte fundamental para poder solucionar el problema con su Poder Espiritual y estabilizar su cultivo personal. Mientras que el otro era algo que necesitaría en un futuro si quería sobrevivir contra enemigos sumamente poderosos.

Al tocar tierra y bajar de la balsa, Ryou relajó sus doloridos hombros. Había estado remando por demasiado tiempo sin posibilidad de un buen descanso.

Además no había comido nada desde que partió hace dos días atrás, por lo cual estaba algo molesto.

Mientras aseguraba su balsa, para evitar que el mar pueda arrastrarla, un delicioso aroma invadió sus fosas nasales, haciendo que Ryou se relama los labios.

Comenzó a caminar tierra adentro, separando unos arbustos con sus manos, dirigiéndose hacia el lugar desde donde provenía este aroma. Después de algunos minutos llegó hasta una pequeña fogata, con algunos pescados clavados en pinchos de madera que se cocinaban a fuego lento. El hambriento Ryou saboreo en su mente al ver esta escena y se abalanzó hacia el pescado de inmediato.

A pesar de que sabía que estos pescados no estaban cocinándose por sí solos, no le importó. No parecía haber nadie cerca y después de dos días navegando tenía bastante hambre. Agarró un pincho con pescado cocinado y lo devoró vorazmente en cuestión de segundos.

Luego continuó con otro pescado más, y así hasta dejar tan solo un único pescado.

Pero cuando estaba por tomarlo, una voz infantil sonó a sus espaldas:

“¡Ladrón sin vergüenza! ¡Deja eso en su lugar!”




[Comenta y Comparte] Pagina de Facebook y Patreon Oficial del Autor
Traduccion de novelas ligeras, web al español.

Related Posts

0 Comentarios:

Publicar un comentario